Hacía veinte años que había dejado el pueblo. Habían cambiado muchas cosas. El pueblo se había modernizado y vivía mucha gente nueva. Él volvía con su sueño de triunfar doblado en la maleta, arrugado y desvaído.
A medida que avanzaba por los caminos se cruzaba viejos conocidos a los que saludaba con un leve movimiento de mentón o un amago de sonrisa. La verdad dudaba que lo recordaran. Nunca había sido muy sociable. Por esa zona del pueblo no había cambiado nada. Quizás farolas nuevas y perros nuevos en las casas.
Se paró en un portal de hierro negro que había sido testigo de sus juegos de infancia y hechó un vistazo al interior de la parcela. Agarró el cordel de la campana, pero lo soltó. Miró a ambos lados y continuó camino abajo.
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4 comentarios:
Me gusta leerte. Tu viaje a Italia, como todos, va a vivir mientras lo recuerdes y lo vivas cada vez que abras la carpeta de esas fotos de los canales menos conocidos de Venecia.
Gracias, y sí. Tal vez dentro de unos años vuelva y lo vea con otros ojos.
"Camino abajo"... después de soltar en hilo de una campana, de un recuerdo, uno más fuaerte entre los muchos que lo regresaban al pueblo... Deberías escribir más, ya te lo dije?
Si, en el post de abajo.
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