miércoles, 24 de marzo de 2010

Pocos son menos

Dentro de dos días haŕa 20 años que el mundo me soporta. 20 años se dice fácilmente, tiene dos sílabas, no contiene consonantes difíciles para nadie, y es rápido. Decir 34 cuesta un poco más, supone un esfuerzo mayor, pero 20 no. Tampoco por eso hay que valorar más el tener una edad u otra. Vale, ese año sufres cuando te lo preguntan, no? Treinta y cuatro. La lengua trabaja más que de costumbre, sí. Pero las edades son importantes o no por motivos mucho más diversos.
Puedes decir que a los 18 te haces mayor, que a los 80 eres, para la mayoría de la población, oficialmente mayor, o que a los 40 comienza el declive de la vida que hasta entonces conocías. Pero son tonterías, cada uno convive con su edad de forma distinta e incluso hay gente que la lleva bien. Otros tardan en darse cuenta y a los 60 los ves correr por el puerto o haciendo pesas en gimnasios. Puretas tardíos. Gracias a esto se lleva mucho el aeróbic.
Me distancié levemente (media vida) de los veinte, pero son reflexiones flash, supongo que le pasará a mucha gente. Quiero pensarlo desde luego. Con veinte años ya he vivido, o a mi me lo parece, muchas experiencias. Viajes inolvidables con la familia o los amigos, momentos, horas, días enteros de no parar de reír, celebraciones varias, situaciones trágicas, descubrimientos portadores de cultura y diversión que recomendaría después a otras personas, victorias, derrotas, sensaciones maravillosas y otras que no lo fueron tanto. Pero echando un vistazo a lo vivido te das cuenta de que no hubiera sido lo mismo sin todas las personas que te rodean y hacen que hasta una tarde de lluvia sea divertida. Y a todas ellas habría que agradecerselo día a día, pero no nos damos cuenta de lo importantes que son hasta que nos distanciamos de ellas. Somos, o tal vez solamente yo, un poco tontos.

Saludos